Cuento de Navidad en 2016

 

Erase una vez concretamente en los días mejores del año, la víspera de Navidad, el día de Nochebuena en que el viejo Scrooge estaba muy atareado sentado en su despacho.

Si Charles Dickens viviera hoy, temo que esta sería la historia que estaría contando, la que os voy a contar. Scrooge trabajaría en un despacho en la Unión Europea, o en un ministerio de cualquier país de la misma.

La noche víspera del día de navidad las hijas de una amiga, paraguaya, montaban en un avión rumbo a España para venir a ver a su madre y presentarle a la nieta que aún no conocía. Hicieron el viaje con mucha ilusión y con un desembolso muy grande de dinero para ellas.

Además de la ilusión por ver a su madre, tenían que ser y parecer turistas. En los bolsillos más de 2000€ para acreditar que tenían dinero para gastar en el punto de destino. También tenían que tener una reserva hostelera de al menos dos días (se ve que si vas a ver a mamá no te puedes quedar en su casa). Pagado también el billete de vuelta.

Iniciaron el vuelo con expectación, precaución y algo de miedo, nos pararán en Barajas? En la agencia de viajes les habían dicho que dijeran no conocer a nadie en España cuando les preguntaran y que aunque su madre fuera residente, era mejor que no les hiciera «carta de invitación». Era sospechoso.

El «algo de miedo» no era muy real más bien era mucho miedo. El miedo de quien se sabe sospechosa, por el simple hecho de parecer de otro país, de un país pobre. La piel marroncilla (que diría mi hijo); el pelo tan negro, tan largo y tan lacio tampoco ayudan. Las caras de susto, el no querer elevar la voz para que no se nos note, que la niña no haga mucho ruido.

¿Conocéis a alguien en España? Como Pedro, negaron a su madre por tres veces. NO. El miedo otra vez. Decid que no, para no levantar sospechas. Las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado que trabajaban para Scrooge sospecharon. Las dejaron retenidas. Cuánto dinero lleváis? Dónde vais a estar? Dos días solo? Cuándo volvéis?

Llegaron a España a mediodía del día 25 y a medianoche del día 26, sin haber abandonado Barajas. De la sala de inadmitidos, otra vez de vuelta a Paraguay.

Lágrimas y más lágrimas para esa madre y esas hijas. El dinero para intentar volver de dónde lo sacamos? Hemos terminado de pagar este viaje de ahora? Los pasaportes hay que deshacerse de ellos porque sino van a sospechar la próxima vez… No se han ido y ya tienen miedo otra vez.

Yo puedo ir a su país sin carta de invitación, decir que me voy a quedar y que me voy. No tengo que acreditar nada. No desconfían de mí, me dan la bienvenida, soy una turista.

En España, como destino tusrístico que somos, recibimos diariamente muchos miles de personas que nos eligen por nuestro país y por nuestras gentes amigables. Eso sí los hombres que trabajan para Scrooge, reciben mejor a los rubios con ojos azules. Da igual de dónde vengan, siempre que lleven mucho dinero en la cartera, da igual de dónde proceda ese dinero… mientras lo tengan y se lo vayan a gastar aquí… en qué se lo gasten importa poco también…

Deseo para 2017 que no vivamos bajo sospecha, que nadie sea ilegal, que seamos tratradas y tratados como personas, no como números. Esta vida merece la pena ser vivida, este mundo es digno de ser conocido y debemos poder vivir e ir a  donde queramos… por mucho que digan el señor Scrooge y sus secuaces. Contagiemos risa y felicidad.

Es una ley de la compensación justa, equitativa y saluda­ble, que así como hay contagio en la enfermedad y las pe­nas, nada en el mundo resulta más contagioso que la risa y el buen humor… Charles Dickens

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