La vida sigue igual para «los comunes»

Siempre me he considerado una persona interesada por los temas políticos y activa socialmente. Echar un vistazo a la prensa y a las redes sociales. Escribir, compartir, opinar, difundir. Todos los días.

Confieso que me he tomado vacaciones de mis (pre)ocupaciones. He intentado desconectar sobre todo del panorama político. Las gafas violeta no me las puedo quitar así como así. Vienen de serie.

Hasta diciembre seguí con interés la campaña electoral, las posteriores elecciones, las sesiones de investidura… Informadísima. Pero tras ver el espectáculo tan penoso que están dando estos personajes que cobran por (no hacer) su trabajo, me he ido desconectando. Confieso, además, que no he notado la diferencia entre tener o no tener presidente.

Ahora están, otra vez, intentando constituir gobierno. Estos (pro)hombres están haciendo discursos y declaraciones grandilocuentes en el parlamento, sede de la soberanía popular.

Este verano me he dedicado sobre todo a leer. He preparado mi viaje a Londres y me he documentado sobre la ciudad.  Para ello he tenido como libro de cabecera «Paseos por Londres», de Laura Freixas (ed. La Línea del Horizonte). Fantástico. Una serie de textos de Virginia Woolf, en los que habla con pasión de Londres. Recomendable totalmente por la forma de acercarte a la ciudad y a la escritora.

Entre estos textos quiero destacar uno que viene como anillo al dedo a nuestra actual situación  política, «Cámara de los comunes».

Una se debe decir a sí misma con severidad: «Aquí se cambian los destinos del mundo. Aquí es donde luchó Gladstone, y también Palmerston y Disraeli. Estos son los hombres que nos gobiernan. Obedecemos sus órdenes todos los día del año. Nuestros bolsillos están a su merced. Ellos deciden a qué velocidad debemos conducir nuestro automóvil por Hyde Park, y también si conoceremos la guerra o la paz». Ahora bien, nos obligamos a recordarlo, pues al mirarlos vemos que apenas se distinguen del resto de la gente. Quizás ellos vayan mejor vestidos… Sin embargo,  con su parloteo y sus risas, con su jocoso talante, impaciencia e irreverencia, toda esta gente no es un ápice más sensata, ni más decorosa, ni más respetable en su aspecto que cualquier otra colectividad de ciudadanos que se reúne para debatir asuntos…

Pues sí, como dice la escritora estos son los hombres (y mujeres también ya, pocas, pero también) que deciden nuestras vidas. Deciden sobre ellas porque les hemos elegido para estar ahí. Pero yo no escuché hablar de mí, ni de las cosas que me preocupan del futuro de mi país en la sesión de investidura de ayer. Y si escuché algo, fue atropellado y marrullero. Creo que nos estaban haciendo trampas.

Qué hace ahora Mariano ( y su filial) hablando de violencia de género? A qué viene querer un pacto cuando no han querido hacerlo en la anterior legislatura, cuando Ciudadanos la negaba y decía que había que hablar de violencia «intraframiliar». WTF??? De hecho, como no se lo creen, Mariano tuvo el lapsus de llamarla «violencia doméstica».

Ahora el PP,  con C´s, quiere «congelar» la aplicación de la LOMCE, mientras han aguantado que el país se tiñera de verde con toda la comunidad educativa puesta de acuerdo contra un enemigo común.

Economía, impuestos, Senado, diputaciones, reforma laboral… siempre hablan de lo mismo, pero no dicen nunca nada, o al menos nada nuevo. No me queda claro que de veras quieran hacer otra cosa que no sea escucharse a sí mismos, ser ocurrentes y dejar en ridículo a quienes no piensan como ellos.

…Tiempo hubo en que el secretario de Asuntos Exteriores manipulaba hechos, jugueteaba con ellos, los adornaba, y utilizaba los recursos del arte y la elocuencia para que parecieran lo que él quería que parecieran a la gente que debía acatar su voluntad…

Hasta la dación en pago ahora es importante. La conciliación y racionalización de horarios, que seamos felices decía Albert… Apesta.

La corrupción merece un apartado especial, al PP por que la sufre y no precisamente en silencio. A Ciudadanos porque lleva a gala ser diferentes, limpios y transparentes y se les llena la boca hablando de regeneración.

… La Cámara de la Comunes es un organismo con cierta personalidad; cuenta ya con una larga tradición a sus espaldas; se rige por sus propias leyes y permisos. Es irreverente a su manera, por lo que cabe suponer que es también reverente a su manera. En cierto modo, posee un código propio. Aquellos que incumplan este código serán aleccionados sin piedad; por contra, aquellos que lo acaten serán perdonados fácilmente. Ahora bien, ¿qué es lo que se castiga y qué es lo que se condena?, esto lo dictaminan sólo los que poseen los secretos de la Cámara…

Lo que viene siendo, ellos se lo guisan y ellos se lo comen. La regeneración del partido naranja ha quedado en eso… en palabro. Políticos condenados o inhabilitados, ahora estarían fuera de las exigencias de Ciudadanos porque robar, no han robado, sólo se han equivocado. Y la dedicación exclusiva pactada con el PSOE, al PP no le viene bien. Lo que decía Virginia: esto lo dictaminan sólo los que poseen los secretos de la Cámara… Es decir, ni tú, ni yo.

No hablan para la ciudadanía, desconocen nuestra realidad, desoyen la voz del pueblo.

¿Cuántas miles de causas llegan cada día ante la Cámara de los Comunes para que se dictamine sobre ellas?… El tiempo de la individualidad y del poder personal ha terminado. El ingenio, la invectiva, la pasión ya no son necesarios. El señor McDonald no se dirige a los pequeños oídos de los miembros de la Cámara de los Comunes, sino a hombres y mujeres que se encuentran en fábricas, en tiendas, en granjas sudafricanas, en pueblos de la India. Se dirige a todos los hombres en general, no a los que estamos aquí sentados…

Se les olvida que se dirigen a nosotras y nosotros, que tienen nuestro destino como país en sus caprichosas manos. Hagámosles saber que estamos aquí y que no nos gusta qué hacen, ni cómo lo hacen.  Vamos a ir a por las terceras elecciones, las personas que ocupan los escaños en el Parlamento, no saben hacer otra cosa que chascarrillos, discursos pomposos y vacíos de contenido. Está en nuestras manos el cambiar las cosas, el cambiar los modos. Recordando que las leyes son suyas, que las hicieron ellos que son los que conocen los secretos de la cámara. Pero torres más altas han caído y sólo nos queda vencer.

Dejar un Comentario

Los campos marcados con * son obligatorios.