«Mi vida ahora» cine con conciencia

Una calor de calor cae sin piedad sobre Málaga. Eso está haciendo que ante el temor de derretirnos sobre el asfalto salgamos lo realmente imprescindible a la calle y estemos teniendo hábitos de invierno: películas, juegos de mesa, playstation,… eso sí con el aire acondicionado encendido (lo que se puede, porque luego llega la factura de la luz y las eléctricas y el Soria nos hacen pagar caro el lujo de enchufarlo) poquito, porque la mala conciencia que genera el tener conciencia medioambiental, nos hace recurrir a abrir ventanas y que corra el aire… el día que corre.

Pero bueno, volviendo al tema, que se me van los dedos sobre el teclado y me dejo ir. Pretendo compartir aquí una película que he visto este finde. Es una de Kevin McDonald, «Mi vida ahora», sobre la guerra y los efectos de la misma en los civiles, en este caso unos niños y niñas, que se ven en medio, sin saber qué hacer. Por cierto, genial actuación de Saoirse Ronan, descarnada (ya la he visto en tres pelis y en ninguna me ha dejado indiferente).

La película juega al desconcierto, puesto que desde primera hora sabes que algo no va bien, pero no aciertas a saber qué es. Se adivina un conflicto armado a lo lejos, en otro sitio, pero no en el lugar donde vive la familia de la película. Hasta que una plácida mañana los tiros son a la puerta de la casa en que habitan.

Mi_Vida_Ahora

Es terrible imaginar vivir en una zona de guerra rodeada de muerte, destrucción, temiendo por la vida propia y la de los tuyos. Sin saber si vas a vivir mañana, o dentro de cinco minutos. Viendo fantasmas, mejor dicho monstruos por doquier. De esto trata esta película, donde cada personaje debe olvidar los miedos cotidianos para ocuparse de la realidad pura y dura.

Suena familiar, no? En la tele vemos caer bombas a diario sobre otros, no sobre nosotros. Asistimos a las noticias de todos estos hechos y otros peores desde el sofá de nuestras casas, con una pantalla de plasma entre nosotros y ellos. Y claro está los inmigrantes no se ahogan delante nuestra, no vemos cómo se secan los campos porque no tienen agua, no vemos cómo mueren de hambre,…. Y en primera persona, ya que parece que tenemos atrofiada la empatía se conjugaría igual casi. No soy yo la que se está ahogando, no se secan mis campos sin agua, no me muero de hambre.

Nuestro gobierno y las instituciones europas saben de los muertos en las aguas, de los que atraviesan desiertos para llegar a nuestras costas, saben de los que huyen de guerras, sequías y hambrunas,… lo saben en España, en Europa, en todo el «primer mundo», y dejamos que siga sucediendo.

Esta semana en la UE se estaban repartiendo 40.000 seres humanos, con la oposición de España porque temía el efecto llamada. Al final sólo han aceptado repartir a 32.256 personas en la Europa de los 28. España sólo acogerá a 1300. (ver).

Mientras sigamos en nuestra burbuja sin pensar que eso nos podía estar pasando a nosotras y nosotros, mientras sigamos viendo a la hora de cenar caer bombas en otros sitios que no son el nuestro, este mundo no tendrá solución.

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